Se han eliminado los
manglares costeros de Puerto Rico, y la deforestación de la isla ha incrementado el
arrastre de sedimento al mar, enterrando arrecifes enteros y ahogando a los corales. La
polución orgánica e industrial son amenazas significativas. Hay algunas buenas noticias. En octubre de 1997,
Puerto Rico declaró Mona Island,
a unas 40 millas de su costa Sur como una "zona marina protegida" con zonas de
seguridad adicionales de hasta 9 millas alrededor de la isla para proteger su gran
ecosistema coralino.
El mismo mes, una compañia naviera
tailandesa se avino a pagar 1,25 millones de dólares para reparar los daños causados por
el carguero Fortuna Reefer, que chocóño contra el arrecife Mona en Julio.
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