La construcción de
un puerto y una refinería de petróleo están degradando severamente los arrecifes de
Singapur que, aparte de esto, son valiosos destinos para el eco-turismo. La alta sedimentación priva a los corales de la
necesaria iluminación solar, limitando el crecimiento de los corales solo a las aguas
más someras. La capa de coral se ha reducido a la mitad en los arrecifes próximos a la
costa. La recolección de peces y corales para los acuarios también tiene su impacto en
los arrecifes.
Como si no fuera suficiente para los
pobres corales de Singapur, la colisión entre un petrolero chipriota y un super-petrolero
tailandés en Octubre de 1997 vertió cerca de 25.000 toneladas de fuel que amenazaba con
envenenar los únicos arrecifes del país.
Para romper las moléculas de fuel se
emplearon cerca de 100.000 litros de dispersantes químicos. Un experto en petróleo
aseguraba nervioso que los dispersantes "tienen una toxicidad mucho más baja que el
jabón Palmolive".
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