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LA POSIDONIA OCEANICA
FUENTE DE VIDA
por S.G
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Típica pradera de Posidonia

i alguna vez has buceado en el Mediterráneo forzosamente tienes que haberla visto. También es posible que, aún conociéndola de vista, sepas poco sobre ella. Si quieres mirarla con otros ojos y saber lo beneficiosa que es, lo que aporta y lo que esconde, aquí tienes la información básica para poder apreciarla mejor.

Lo primero que has saber, es que la Posidonia oceánica no es un alga sino una planta (crece en un fondo móvil, o sea arenoso, mientras que las algas pertenecen a fondos duros, o sea rocosos) que solo existe en el Mar Mediterráneo.

Sus hojas verdes son largas y aplanadas, pudiendo llegar a medir hasta un metro y medio, y forman grandes praderas en el fondo marino. La media de vida de sus brotes es de unos 30 años.

La Posidonia oceánica florece en Otoño (aunque no siempre) y da unos frutos llamados "aceitunas de mar", unas bolas que, tras desprenderse de la planta, flotan hasta la orilla del mar donde suelen aparecer entre Mayo y Junio.

Su papel en el ecosistema es importantísimo ya que muchas especies encuentran sus nutrientes y su morada en la Posidonia. Una de las propiedades más interesantes de esta planta es que es capaz de multiplicar la superficie del suelo entre 20 y 50 veces. Esto significa que en un metro cuadrado de suelo, los animales y vegetales fijos disponen de 20 a 50 metros cuadrados para establecerse.


Flores y frutos de Posidonia

Con los rizomas y las hojas forma una retícula, a veces de varios metros de extensión, que ofrece numerosos escondites y que suele estar cubierta de sedimentos. De hecho, las hojas están recubiertas de pequeñas algas que acceden de esta forma a la luz y de pequeños invertebrados que filtran las partículas en suspensión.

Estos organismos que están fijos en las hojas, animales y vegetales, son llamados epifitos.

Asimismo podemos encontrar en las praderas de Posidonia gran cantidad de equinodermos: varias especies de estrellas de mar y numerosos erizos que se nutren de esta planta.

Los moluscos también tienen aquí su morada, concretamente los cefalópodos: pulpos y sepias. Los pulpos viven en agujeros que ellos mismos preparan a su gusto y las sepias se esconden entre las hojas, cerca del fondo, adaptando su color para asegurarse un camuflaje perfecto. Ambos se alimentan de camarones, cangrejos y peces pequeños.

La Posidonia también atrae a numerosos peces (carnívoros y omnívoros) que se alimentan de crustáceos, erizos, moluscos, gusanos... Esta planta representa para ellos una gran despensa y para algunas especies, incluso, una guardería para sus crías ya que sus rizomas y sus hojas entrelazadas aportan gran cantidad de escondites.

Uno de los efectos del follaje de la Posidonia es que frena la masa de agua ocasionando la caída de numerosas partículas en suspensión que sirve de alimento, no solo a los epifitos mencionados anteriormente también a otros filtradores, como los espirógrafos, las grandes ascidias y algunas esponjas.

Pero la Posidonia oceánica, fuente de vida para muchas especies, está en peligro.


La Caulerpa taxifolia

En 1984 apareció su gran enemigo: la Caulerpa taxifolia. La Caulerpa es un alga (no una planta) tropical, presente en todos los mares cálidos, que está constituida por estolones (tallos) de 1 mm de diámetro y frondes (hojas) de 2 a 15 cm de altura.

Este alga fue introducida accidentalmente por el hombre en Europa debido a un vertido accidental en un acuario de Mónaco, desde donde empezó a extenderse de una forma impresionante por todo el fondo marino. Desde entonces, su superficie se ha extendido a más de 3.000 ha, siendo las zonas más afectadas las correspondientes a Francia e Italia.

La Caulerpa taxifolia tiene un efecto devastador, ya que este alga puede desarrollarse sobre cualquier substrato: rocas, arena, herbarios de Posidonia y puede cubrir hasta el 100% del fondo de 1 a 40 metros de profundidad. Una de sus propiedades es su adaptabilidad a cualquiera que sea la condición del medio (contaminado o no).

En España apareció en las islas Baleares en 1992 y, si bien se erradicó en un principio, parece ser que se ha descubierto una nueva colonización en 1995.

La expansión continúa y constituye un gran riesgo para el ecosistema del litoral Mediterráneo. Está demostrado que cuando invade las praderas de Posidonia muchas especies desaparecen, y en las zonas invadidas se produce un cambio en todos los ecosistemas produciendo un sensible descenso de la biodiversidad. Debido a las toxinas que contiene el alga, no es comestible para la microfauna, por lo que carece de enemigos naturales.

Su diseminación se atribuye a su transporte en los sistemas de anclaje de los barcos y a las redes y aparatos de pesca. A estas alturas nada hace pensar que la Caulerpa pueda desaparecer de forma natural y no hay ningún indicio de que su expansión se ralentice.

De momento, la única forma de erradicarla es arrancándola a mano cuidadosamente, siempre bajo vigilancia científica para evitar su proliferación. El gran reto es encontrar una forma de lucha biológica contra ella.

Más información sobre la Caulerpa y la Posidonia en Internet:

© S.G. 1997

 

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Última modificación: 01 enero 2024 10:18


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