Haliotis lamellosa
por Josep Mª Dacosta


n ejemplo de concha muy común pero que
pertenece a un animal poco conocido es la oreja de mar (Haliotis
lamellosa). Este molusco resulta muy característico por la forma de su
concha aplanada que recuerda a la oreja de una persona y por su interior
nacarado iridiscente, la belleza del cual hace que se emplee con motivos
ornamentales.
La longitud típica de la concha es de 4 a
6 cm, aunque puede llegar a los 8 cm. Aunque ésta parece la valva de un
bivalvo, este animal es en realidad un gasterópodo y se observa claramente
una espiral en un extremo de la concha. Tiene además una conspicua hilera
de orificios respiratorios -generalmente seis- que atraviesan la
concha y por los que expande unos tentáculos con función sensitiva. A
medida que el animal crece va ocluyendo los orificios antiguos y genera
otros nuevos.
La parte exterior de la concha es de
color marrón, con pliegues muy marcados y estrías de crecimiento que
siguen la forma espiral. La coloración es muy críptica y puede estar
recubierta de otros organismos, así, es perfectamente adecuada a este
animal que vive bajo las piedras, a poca profundidad, alimentándose de
algas.
Se le puede observar al girar rocas en
fondos someros, pero será necesario retornarlas a la posición inicial para
no alterar en exceso las condiciones de vida de la multitud de organismos
que allí viven.
El animal posee un pie musculoso que le
permite adherirse a las rocas y está recubierto por tubérculos y
filamentos, claramente visibles en el margen del cuerpo que hay
inmediatamente bajo la concha. Gracias a él, se mueve reptando por la
superficie de las rocas.
Es una especie de hábitos nocturnos.
El nombre específico de este gasterópodo,
Haliotis, significa en griego "oreja de mar".

Haliotis lamellosa
retratada al dar la vuelta a una piedra del fondo
6.5.2006 por
Miquel Pontes
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© Texto: Josep Mª Dacosta
© Fotos: Josep Mª Dacosta y Miquel Pontes