Los peligros que
acechan a los arrecifes de coral de la India son de todo tipo: sobrepesca, turismo,
recolección para la industria turística, mineria de coral, desarrollo industrial, y la
presión de las poblaciones humanas son los peores. El desarrollo costero es otro peligro grave; hasta 1963, la mitad
de los manglares de la nación habían sido destruídos.
La India ha dispuesto algunas áreas de
arrecife para que sean protegidas, pero no ha hecho gran cosa en la realidad. En Abril de
1998, el experto en gestión medioambiental australiano Graeme Kelleher indicó la
necesidad urgente de proteger de forma efectiva la Reserva de la Biosfera del Golfo de
Mannar.
Kelleher, un consultor que estudiaba la
reserva para reforzar su gestión, encontró que las 21 islas de la reserva y las aguas
próximas sufrian los efectos del incremento de población: pesca con dinamita, pesca de
arrastre y sedimentos arrastrados por los rios eran los efectos más graves, añadidos a
la lluvia de ceniza procedente de la central térmica de Tuticorin.
Kelleher recomendó una serie de
actuaciones para proteger los arrecifes, incluyendo la prohibición de la pesca de
arrastre cerca de la costa y la promoción sólo del turismo a pequeña escala.
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