El
piojo de mar
(Anilocra
mediterranea)
por Josep Mª Dacosta


no de los crustáceos que puede sorprender
más, especialmente en la primera ocasión que se observa, es el piojo de mar.
Quizá la imagen más arquetípica que se tiene de este grupo de animales
marinos corresponde a la de especies comestibles como gambas, cangrejos y
otros decápodos de tamaño mediano o grande. Pero cuando se profundiza en el
estudio del grupo, se empiezan a descubrir adaptaciones muy distintas para
aprovechar el amplio espectro de posibilidades alimentarias del mar,
incluyendo en ellas el parasitismo. A su vez, la variedad de huéspedes a
parasitar en el agua es enorme y así tenemos algunas especies de crustáceos
parásitos de ballenas -son fáciles de observar cuando uno de estos colosos
embarranca en la costa- hasta otras que se aprovechan de peces e incluso de
otros crustáceos.
Probablemente el crustáceo parásito más conocido sea el piojo de mar, género
Anilocra. Como ejemplo, los pescadores de caña capturan
ocasionalmente algún pez que lleva adherido un ejemplar, hecho que no deja
de resultarles una curiosidad, máxime si son neófitos.
Incluso algunos buzos experimentados que
conocen perfectamente los peces huéspedes no han "fijado" nunca su atención
en estos parásitos hasta que algún colega les invita a ello. Otros
crustáceos parásitos quedan reservados para los ojos del especialista.
De esta forma, cuando se contempla con atención un piojo de mar, se hace
evidente que el cuerpo de estos animales está deprimido dorsiventralmente,
es decir, aplanado de arriba a abajo como lo está el de un rape.
Además todos los apéndices del tórax tienen
una estructura muy parecida siendo éste un aspecto propio de los crustáceos
isópodos (isos, igual; podos, patas). Dentro de esta división, hay unos
isópodos terrestres muy conocidos y frecuentes bajo las piedras: las
cochinillas de humedad del género Armadillidium.
Anilocra mediterranea tiene el cuerpo de color gris y parasita, entre
otros, peces de la familia de los lábridos. Siguiendo la guía de Luther y
Fiedler, cabe destacar que sus patas están provistas de ganchos que le
permiten anclarse a su huésped al que succiona la sangre o despoja de trozos
de piel. Los machos miden de 2 a 3 cm y las hembras pueden alcanzar hasta 5
cm. Si se desprende, puede nadar hasta encontrar otra víctima.
La nomenclatura de los géneros de crustáceos Anilocra, Cirolana,
Lanocira, Rocinela y Nerocila es recogida por Màrius
Serra quien escribe en el periódico La Vanguardia: "Tal baile de
letras sólo toma sentido cuando descubrimos que su mujer [la del naturalista
W.E.Leach] se llamaba Caroline".
Referencias bibliográficas
- AUTORES VARIOS. Història
Natural dels Països Catalans, Tomo nº 9: Artrópodes I. Edita
Enciclopèdia Catalana, Barcelona. 1986.
- LUTHER, Wolfgang; FIEDLER, Kurt.
Peces y demás fauna marina de las costas del Mediterráneo. Edita
Pulide, Barcelona 1968, 1978.
- SERRA Màrius. Bautizos laicos
en La Vanguardia, edición del 19 de diciembre de 2002.
 
2 ejemplares de Anilocra mediterranea parasitando un joven lábrido
Fotografiado el 12.8.2000 en Palamós, por
Miquel
Pontes
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Anilocra sp. parasitando el ojo de un
"gato", un pequeño tiburón bentónico. |
Anilocra sp. fijado a la cola de una raya. |
Fotografias de Josep Lluís
Peralta
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