|
La familia de los cipreidos (Cypraeidae), está compuesta aproximadamente por unas 220 especies distintas, agrupadas en 45 o 50 géneros según los diversos autores, y se encuentra distribuida por todos los mares cálidos y templados. Su tamaño varía mucho según la especie, ya que existen algunas de tan solo un centímetro de longitud mientras que otras alcanzan la veintena, como el caso de la Macrocypraea cervus, que habita en las aguas del Golfo de México. Afortunadamente en nuestras costas gozamos de la presencia de las cuatro especies típicamente europeas. Las cypreas de Europa
La más pequeña de ellas, es la Erosaria spurca (Linné, 1758), que habita en el Mediterráneo y Atlántico próximo, hasta llegar a las Islas de Cabo Verde. Su tamaño oscila entre los 20 y los 30 mm. Su aspecto varía, tanto en la forma como en el color, en función de su hábitat, por lo que se le conocen numerosas variaciones.
La Luria lurida (Linné, 1758), tiene una distribución similar a la anterior. Su tamaño suele estar comprendido entre los 30-45 mm, aunque algunos ejemplares pueden llegar a alcanzar los 60 mm. Vive bajo las rocas a profundidades incluidas entre un metro y los sesenta.
La Schilderia achatidea (Gray en Sowerby, 1837) es la cyprea europea más rara y hasta no hace mucho se encontraba entre las especies de alta cotización. Su distribución atlántica está limitada por el norte hasta las costas de Galicia y por el sur hasta Senegal, siendo el Mediterráneo y concretamente el Mar de Alborán, donde se concentra un mayor número de ejemplares. Su tamaño oscila entre los 30-45 mm. y se trata de una especie de profundidad, ya que su hábitat se sitúa entre los 35 y 80 m.
La última de las especies típicamente europeas es la Zonaria pyrum (Gmelin, 1791) y se trata de la más espectacular de todas ellas, por su gran belleza. Se la reconoce fácilmente por su base de color anaranjado o rojo intenso. Habita en las aguas mediterráneas y las costas atlánticas africanas hasta Angola. Puede llegar a medir los 50mm de longitud, aunque habitualmente está entre los 30-40mm. Es importante resaltar que estas cuatro cypreas típicamente mediterráneas se hallan incluídas en la lista de especies en peligro de extinción según el convenio de Berna. Para más información remitirse a http://www.microresearch.be/isha/JUR/bernconv.htm. En los últimos años, en el Mediterráneo se han introducido tres nuevas especies de cypreas a través del Canal de Suez procedentes del Mar Rojo. Se trata de la Erronea caurica, la Palmadusta gracilis, cuya distribución está limitada al Mediterráneo Oriental y la Erosaria turdus, de la cual han aparecido ejemplares en las costas egipcias aunque éstas presentan algunas diferencias, siendo más pequeña y achaparrada que la original. Otras cypreas Las especies Zonaria robertsi y la Bistolida kieneri, fueron descritas por primera vez por el malacólogo español Hidalgo en el año 1906. La primera habita las costas americanas comprendidas entre el golfo de California y Chile; la segunda, se distribuye por toda la provincia Indo-pacífica.
Una de las especies emblemáticas de esta familia es la Lyncina aurantium, que fue vista por primera vez por una de las expediciones de Cook en la isla de Tahití.
Esta concha era utilizada como adorno por los jefes de la isla y la llevaban colgada del pecho tras practicarle un agujero en uno de sus extremos, siendo el símbolo de la autoridad que ostentaban. También se creía que a la muerte de su poseedor el alma encontraba refugio en su interior. En Europa, esta especie siempre gozó de una gran consideración, siendo extremadamente rara, en su época. En la actualidad, ésta impresionante concha de color naranja intenso, sigue siendo muy codiciada, aunque resulta mucho más sencilla de obtener, ya que se conoce su hábitat. La extraordinaria belleza y la relativa facilidad en la recolección de la mayor parte de las especies de cypreas, las convierten en una presa fácil. Por desgracia, en muchos lugares del Pacífico se han acabado con numerosas poblaciones de estos moluscos. Un caso de esta barbarie, sucedió en Noumea (Nueva Caledonia). En esta población se encontraron varios ejemplares de cypraeas oscurecidas por un exceso de melanina, el cuál parece ser consecuencia de una reacción del molusco ante las altas concentraciones de residuos metálicos que se encuentran en suspensión en el agua.
© Texto: Alfonso Vaquero |
|