La gaviota argéntea
por Miquel Pontes

a gaviota
argéntea (Larus cachinnans) es una de las aves marinas más populares. Conocida
por todos simplemente como gaviota, no necesita una descripción muy detallada para que
todos sepamos de que ave estamos hablando.
Las gaviotas adultas tienen la cabeza, el cuello, la cola y la parte inferior del
cuerpo de un color blanco puro, mientras que la espalda y el dorso de las alas son de
color gris pálido, lo que le da el nombre español de gaviota argéntea. En
Catalunya se la conoce como "gavià argentat", "gavota" en Galicia o
"kaio" en Euskadi. En inglés se la conoce como "herring gull".
Hay dos grupos de gaviotas en España. El grupo más abundante tiene las patas
de color amarillo, mientras que el otro grupo, común en las costas del norte de Europa,
generalmente tiene las patas de color rosado.
Antiguamente formaban dos subespecies diferentes de gaviotas pero, en la actualidad,
ambas se consideran de la misma especie.
La gaviota argéntea tiene el pico fuerte y de color amarillo intenso, y presenta una
mancha roja en la parte inferior, visible incluso en la foto superior. Los extremos de las
alas son negros con motas blancas. A veces es posible observar individuos con un color
dorsal más oscuro, probablemente provenientes de la hibridación de la gaviota argéntea
con otras especies cercanas como la gaviota sombría Larus fuscus.
Los individuos jóvenes de la gaviota argéntea suelen tener un plumaje de color pardo
que va cambiando paulatinamente a color blanco durante los tres años que dura el proceso
de maduración.
Todas las especies de gaviotas pueden distinguirse, habitualmente, con un atento examen
de sus características exteriores. Podría esperarse encontrar diferentes tipos de
gaviotas en uno de los muchos y diferentes hábitats que ocupan, pero esto no ocurre, sino
que suelen formar grupos compactos, con individuos de aspecto y costumbres muy similares.
La gaviota argéntea es un ave marina muy abundante en las costas
europeas, mientras que en la península es más frecuente en las costas bañadas por el
Océano Atlántico que en las costas del Mar Mediterráneo. Forma sus colonias en
playas y puertos, anidando en el suelo o cerca de él, sobre las dunas de las playas.
En los últimos tiempos se observa que ha comenzado a criar en el interior de las
poblaciones, sobre los tejados de los edificios y en lugares similares, llegando a
convertirse en una auténtica plaga. Es muy fácil encontrar gaviotas cerca de los muelles
pesqueros de nuestros puertos, cerca de las fábricas de conservas y, últimamente, en los
vertederos de las poblaciones.
Las gaviotas se alimentan de todo aquello mínimamente comestible: todo tipo de
animales marinos, vegetales, insectos, carroña, pájaros pequeños (a lo que ataca en
vuelo), huevos de pájaros (tanto de otras especies como de la suya propia), pollos,
ratas, etc. Si sus presas aún están vivas suele cogerlas con el pico y dejarlas caer
desde lo alto hasta que mueren o se abren.
A menudo es posible ver a las gaviotas en poblaciones del interior, lejanas a la costa,
adonde llegan siguiendo el curso de los ríos. Su variada alimentación ha desplazado las
poblaciones costeras hasta zonas en donde jamás se habían visto antes. Estos nuevos
inquilinos alteran e incluso erradican las poblaciones locales de pájaros, que rara vez
son competencia con un ave de esta voracidad.
La gaviota Larus cachinnans tiene un vuelo potente, con continuos
planeos aprovechando las calmas o volando pico al viento.
Su vuelo puede parecer torpe, pero le permite realizar espectaculares picados y
rapidísimos ascensos que le permiten, incluso, capturar otros pájaros. Las gaviotas
andan y nadan con soltura. Tienen por costumbre seguir de cerca a los barcos de pesca para
capturar los despojos flotantes y los peces que, a menudo, consiguen escapar de las redes
de pesca. Si es necesario efectúan breves zambullidas para conseguir alimento.
Aunque habitualmente es un ave pacífica que permite la aproximación del hombre, puede
volverse muy agresiva en la época de nidificación. La llegada de una persona a la
colonia provoca un gran griterío que sirve de alarma para todos los integrantes del
grupo. En este momento, algunas gaviotas comienzan a sobrevolar al intruso, efectuando
rápidas pasadas en las que, a menudo, llegan a rozarlo, pero no con el pico, como
podríamos suponer, sino con una de las patas, según explica un detallado estudio
publicado por el premio Nobel de medicina Niko Tinbergen en 1953.
Además, las gaviotas disponen de un excelente sistema de defensa pasiva, pues la
coloración críptica de los huevos y del plumón pardo de los polluelos sirve de
excelente camuflaje en los bordes de los acantilados o en las dunas de las playas en las
que ponen sus nidos.
Se ha comprobado que las gaviotas son monógamas y que se emparejan para toda la vida,
aunque estas parejas no permanecen juntas durante todo el año. Suelen anidar cada año en
el mismo lugar, lo que junto con el reconocimiento mediante la voz permite que las parejas
puedan reunirse para reproducirse.
La puesta suele ser de unos 3 huevos, aunque a veces pueden encontrarse 2 o 4 en el
mismo nido. Casi siempre es la hembra la que los incuba durante un periodo de 26 a 28
días. Al cabo de pocos días los pollos salen del nido y buscan un refugio cercano, como
un arbusto, por ejemplo.

Monumento a la gaviota en el jardín de Cactus de Montjuïc (Barcelona).
La gaviota siempre ha representado para los marineros la cercanía de tierra y por
tanto ha sido motivo de gran cantidad de representaciones. |
Las gaviotas adultas de ambos sexos se encargan de la alimentación de la nueva
generación. Es en este punto cuando entra en juego la mancha de color rojo que puede
verse en la parte inferior de su pico.
Los polluelos golpean con su pico esta mancha de forma insistente hasta que el adulto
regurgita una pasta blanca en el suelo compuesta generalmente por restos de peces y
crustáceos a medio digerir. Aunque el adulto recoge una pequeña parte con el pico y se
la ofrece al pollo, éste suele picotear el alimento directamente del suelo.
Durante el crecimiento de la nueva generación suele quedar siempre un adulto en el
nido, para vigilarlo y evitar que se acerquen los depredadores, ya sean de otras especies
o de la suya propia. El robo de huevos o pollos es un fenómeno que se da frecuentemente.
Es común observar bandadas completas de gaviotas posándose en las playas al salir el
sol y bañándose en el mar sin temor a las olas. El cuidado y engrasado del plumaje es un
ritual esencial en su vida diaria.
La gaviota argéntea tiene gran longevidad. Gracias al anillado se han encontrado aves
con edades superiores a los 20 años. Algunos estudios rigurosos dan a las gaviotas una
vida media de unos 13 años.
Aunque las gaviotas de nuestras costas no son migradoras, pueden llegar a desplazarse
algunos centenares de kilómetros de su lugar habitual, en función de la disponibilidad
de alimento o de territorio. Se ha comprobado que las mayores distancias son recorridas
por los ejemplares más jóvenes.
La población de gaviotas argénteas de la península ibérica se ve grandemente
incrementada en los meses de verano por la migración de aves procedentes del norte de
Europa.
La adaptación de este bello pájaro a las condiciones de nuestra civilización es
sorprendente. De una alimentación obtenida en las costas y en el mar, a base de pescado,
ha pasado a alimentarse de nuestros desechos. Los vertederos de nuestras ciudades son
lugar de concentración obligada para las gaviotas. Gracias a la abundancia de ésta
fuente de alimento y a la desaparición de sus enemigos naturales, su densidad ha
aumentado desmesuradamente, por lo que en algunos lugares de Europa han sido necesarias
medidas para controlar su número.
Otras especies de aves, entre ellas otras gaviotas, patos y otras aves marinas, se han
visto afectadas por esta superpoblación, pues sufren más con la depredación de huevos y
pollos por parte de las gaviotas que por la propia depredación humana.