Las
Habaneras:
De Calella a La Habana
por Manel Antolí
traducción y adaptación de Miquel Pontes
Articulo
original publicado
en el dominical del Diari Avui
n dia al
año, tradicionalmente el primer sábado del mes de julio, la pequeña
localidad gerundense de Calella de Palafrugell se convierte en la capital de
la habanera. Y es que esta popular canción de taberna, interpretada por los
pescadores que buscaban refugio en los días de mal tiempo, halló en Calella
su escenario perfecto para mantener una tradición que viene del siglo
pasado. Una tradición que mantiene el récord perenne de la unión entre dos
pueblos, el español y el cubano, interrumpida pero no rota por la Guerra de Cuba
y la pérdida de las colonias americanas. Y es que, como asegura el dicho
popular: si bien nos une la sardana, la habanera nos hermana.
Basta con echar un vistazo a la letra de
la habanera por excelencia, "El meu avi", para entender por qué Calella de Palafrugell
es, por derecho propio, el templo de este ritmo caribeño:
"El meu avi va anar a Cuba
a bordo del Català
el millor barco de guerra
de la flota d'ultramar.
El timoner i nostramo
i catorze mariners
eren nascuts a Calella,
eren nascuts a Palafrugell."
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"Mi
abuelo fue a Cuba
a bordo del Catalán
el mejor barco de guerra
de la flota de ultramar.
El timonel y el patrón
y catorce marineros
habían nacido en Calella,
habían nacido en Palafrugell."
|
Esta canción testimonia la marcha a Cuba durante el
siglo pasado de numerosos marineros catalanes que buscaban una forma de
ganarse la vida y volvían cargados de bebida (ron, en especial), tabaco,
ritmos, canciones... y mil historias que contar.
Se tiene constancia documental de la
existencia en Calella de Palafrugell, a finales del siglo XIX, de una agrupación musical que
incluía cantadas de habaneras en su repertorio.
A principios del siglo XX, en un
rincón del "Port Bo" --auténtico corazón de Calella de Palafrugell--
la antigua taberna de Can Batlle se erigió en centro de reunión de
pescadores curtidos por las olas que, entre tertulia y tertulia, tomando
sus copas de ron, se animaban a canturrear las letras de alguna habanera.
Posteriormente apareceria "El meu avi" para refrescar la
memoria colectiva:
"Arribaren temps de guerra
de perfídies i de traicions
i en el mar de les Antilles
retronaren els canons.
Els mariners de Calella
i el meu avi enmig de tots
varen morir a coberta,
varen morir als peus del canó."
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"Llegaron
tiempos de guerra
de perfídias y de traiciones
y en el mar de las Antillas
tronaron los cañones.
Los marineros de Calella
y mi abuelo entre ellos
murieron en cubierta,
murieron al pie del cañón."
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Pero la llama que prendió la mecha se
originó en Can Batlle. En 1966 se organizó, en el bar que regentaba Tomàs Palet, una cantada no oficial
para celebrar la aparición del libro
"Calella de Palafrugell y las habaneras". Aquella informal
convocatoria tuvo tal éxito que al año siguiente, en 1967, tomó el carácter
oficial de lo que hoy en día se conoce como "Cantada d'Havaneres de Calella de
Palafrugell", que ha llegado ya, ni más ni menos que a su 33ava
edición.
El gran día de las habaneras tiene su
preludio un día antes en la Plaça
Nova de Palafrugell, donde actúa un grupo del municipio junto con otro grupo
invitado (con el objeto de dar a conocer las distintas variaciones del género).
Es un buen aperitivo.
El momento estelar, ya cerca de
medianoche, viene cuando todos los grupos participantes se disponen a interpretar conjuntamente
las dos habaneras más esperadas. Primero se deja sentir "La bella Lola"
y, acabada
ésta, llega el momento esperado para cantar "El meu avi". Entonces, todos juntos, como un coro, recuerdan
esta entrañable historia
de trágico final:
"Quan el català sortia a la mar
cridava el meu avi:
"Apa, nois, que és tard!"
Però els valents de a bordo
no varen tornar (no varen tornar)
i en tingueren la culpa
els americans."
|
"Cuando
el Catalán salía a la mar
gritaba mi abuelo:
"¡Venga chicos, que se hace tarde!"
Pero los valientes de a bordo
no volvieron (no volvieron)
y tuvieron la culpa
los americanos."
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Y, efectivamente, el primer sábado de
julio, como manda la tradición, Calella de Palafrugell vive la noche más mágica del
año. Sus calas acogen decenas de embarcaciones, y la arena y las calles se
convierten en un improvisado auditorio lleno hasta la bandera de gente deseosa
de escuchar la popular "Cantada d'Havaneres". Todo en un marco de gran
belleza... y saboreando un "cremat".
El
meu avi
(letra completa)
por Joan Ortega Monasterio
El meu avi va anar a Cuba
a bordo del "Català"
el millor barco de guerra
de la flota d'ultramar.
El timoner i el nostre amo
i catorze mariners
eren nascuts a Calella
de Palafrugell.
Quan el "Català" sortia a la mar
els nois de Calella feien un cremat
mans a la guitarra solien cantar:
Visca Catalunya. Visca el "Català!
Arribaren temps de guerres
de perfídies i traïcions
i en el mar de les Antilles
retronaren els canons.
I els mariners de Calella
-el meu avi enmig de tots-
varen morir a coberta,
al peu del canó.
Quan el "Català" sortia a la mar
cridava el meu avi:
Apa, nois, que és tard!
però els valents de bordo
no varen tornar,
tingueren la culpa els americans
(2,27Mb) |
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Descarga la
canción en formato MP3.
Interpretada por el
Grup D'Havaneres Marinada
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Si
no dispones de ningún reproductor MP3, puedes descargar el
programa WinAmp |
El
"cremat"
El "cremat" es una bebida
caliente a base de ron, café, piel de limón y azúcar que se flambea hasta
la casi completa combustión del alcohol.
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