¡MAREA
BAJA!
(El
intermareal)
por Iñigo Almenara

o
vamos a encontrar ningún pelágico, ni esponjas de tubo enormes en las
que casi nos podríamos esconder, ni alcionarios de vistosos colores dejándose
mecer por la corriente, pero un paseo por los charcos intermareales
nos puede acercar aún más a conocer la dureza a la que deben
enfrentarse multitud de especies marinas, ya que el océano no concede
treguas y el ciclo de las mareas obliga a estos seres a la inevitable
sinrazón de adaptarse o morir.
EL
MEDIO MARINO
El
mar se divide en dos regiones o dominios.
-
El
dominio BENTÓNICO lo constituyen las especies, tanto fijas
como móviles, que están relacionadas con el fondo marino.
-
El
dominio PELÁGICO lo constituyen las especies que viven en las
aguas libres sin conexión con el fondo y que a su vez se clasifican
como:
-
NECTON
si pueden desplazarse voluntariamente
-
PLANCTON
si se dejan llevar por la corriente
-
NEUSTON
si flotan en superficie.
En el
dominio bentónico nos encontramos con las siguientes zonas:
-
SUPRALITORAL.
Aquí solo llegan las salpicaduras del oleaje y queda sumergida únicamente
por las grandes mareas y con los temporales.
-
MESOLITORAL
o INTERMAREAL. Está sometida a las mareas. Aquí encontraremos
especies adaptadas a resistir los periodos de marea baja.
-
INFRALITORAL.
El limite superior esta marcado por el nivel más bajo de las mareas
equinocciales. El límite inferior está marcado por la desaparición
de las algas fotófilas y las praderas de fanerógamas marinas, entre
los 40 y 50 metros de profundidad.
-
CIRCALITORAL.
Hasta los 200 metros de profundidad, coincidiendo con el borde de la
plataforma continental.
-
BATIAL.
De los 200 a los 3000 metros.
-
ABISAL.
Entre los 3000 y los 6000 metros.
-
HADAL.
A partir de los 6000 metros
Dentro
del dominio pelágico podemos encontrar una serie de zonas dependiendo de
la profundidad:
-
La
zona superior llamada EPIPELÁGICA o EUFÓTICA (con luz
abundante) de los 0 a 200 metros de profundidad.
-
La
zona MESOPELÁGICA o DISFÓTICA (con luz escasa) entre
los 200 y los 1000 metros.
-
La
zona AFÓTICA (sin luz). Dependiendo de la profundidad la
dividiremos a su vez en tres zonas:
-
La
BATIPELAGICA de los 1000 a los 3000 mts.
-
La
ABISOPELAGICA de los 3000 a los 6000 mts.
-
La
HADOPELAGICA por debajo de los 6000 mts.
Dependiendo
de la distancia a la costa, el mar puede dividirse en dos provincias:
-
La
provincia NERÍTICA, que va desde la costa hasta el borde de la
plataforma continental, a unos 200 metros de profundidad.
-
La
provincia OCEANICA que englobaría el resto del mar.
EL
INTERMAREAL
Baja la
marea, decenas de depresiones y grietas quedan a la vista. La mayoría de
ellas quedaran inundadas de agua, lo que variará dependiendo de sus
dimensiones.
Los
organismos que habitan estas zonas se agrupan en bandas horizontales o se
mantendrán en los charcos formados al bajar la marea, todo dependerá de
su adaptación a los cambios de humedad, salinidad, temperatura o
resistencia al oleaje.
Cuanto más
alto esté situado el charco, más duras serán las condiciones, al tardar
más tiempo en renovarse el agua.
Al
encontrar una de estas zonas podemos observar una gran cantidad de
microambientes: pequeños acuarios repletos de vida que podemos ir
desgranando y conociendo poco a poco, lo que hará que disfrutemos aún más
de nuestra inmersión en seco.
Por lo
general, estas zonas comienzan con una banda de color amarillento
compuesta de crustáceos cirrípedos. También aquí encontraremos lapas
así como algún molusco que se alimenta de estos crustáceos.
Seguida a
esta banda encontramos otra compuesta de
algas cespitosas que cubren las
rocas. En asociación con estas algas podemos encontrar una rica fauna
compuesta por cangrejos, crustáceos, gusanos poliquetos, etc.
En el límite
con la zona intermareal encontramos una banda de algas pardas (Cystoseira).

Alga parda Cystoseira en un charco
intermareal
Además
de estas bandas, la fauna y flora de los charcos que se viven en las
distintas depresiones está también sometida a los
cambios de salinidad, temperatura y Ph, lo que afecta a la
composición de especies y a su abundancia.
Los
charcos de las zonas más altas, los que
soportan las condiciones más duras, están
habitados escasamente. Sus habitantes generalmente son peces de la familia
Gobbidae como el caboso (Mauligobius maderensis) así como
algún alga cianofita.

El caboso, un habitante de los
charcos más altos
En la
zona media los charcos tienen una diversidad algo mayor, siendo uno de
sus huéspedes habituales la barriguda en sus distintas variantes: la Coryphoblennius
galerita, la Lipophhrys pholis o la Ophioblennius atlanticus
atlanticus, todas son de la familia de los Bleniidae. No faltan
en estos charcos, viviendo entre sus piedras, cangrejos, ofiuras y ermitaños.
La mayor
cantidad de especies las encontraremos en los charcos de las zonas mas
bajas. Anémonas (Anemonia sulcata, Actinia equina), erizos
como la (Diadema antillarum), nudibraquios como la "vaca de
mar" (Peltodoris atromaculata) o la babosa de mar (Hypselodoris
webbi), así como holoturias, caracoles, etc.

Las anémonas Anemonia sulcata,
típicas
de los charcos más bajos.
En los
charcos más grandes es común observar adultos y juveniles de especies
como el pejeverde (Thalassoma pavo), lisas (Chelon labrosus)
y fulas (Chromis limbatus), entre otros.

Alevines de pejeverde en un charco
intermareal
Con todo
esto, creo que se puede deducir que el intermareal se puede convertir en
un agradable lugar donde poder bucear sin tener que hacer interminables
descompresiones ni pesados viajes con todo
el material hasta el barco. Basta con un bañador y unas sandalias para
poder disfrutar durante un largo rato, pero cuidado, la marea volverá a
subir de nuevo más tarde.
Hay que
decir que, además de todas las especies mencionadas, también es posible
encontrar toda una serie de especies más conocidas por el hombre,
como son bolsas de basura, latas de refrescos, maquinaria diversa y muchas
más que harían una lista interminable.

Un motor completo, un residuo
humano
relativamente moderno
¿Por qué
el hombre está empeñado en destruir todos los recursos que la naturaleza
le ha otorgado? Será quizás debido a que toda la inteligencia de la que
disponemos sólo la sabemos utilizar para destruirnos a nosotros mismos y
a nuestro entorno. Si es así, no pasara mucho tiempo hasta que estas
zonas acaben como lugares donde abandonar todo lo que nos sobra.
Más
fotos

©
Texto, fotos y gráfico: Iñigo Almenara 2000 |