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Una marea roja es un fenómeno natural de proliferación fitoplanctónica causada por la acumulación en un área marina de un número suficiente de dinoficios (algas) que hacen que el agua se vuelva colorada y a veces tóxica para los organismos filtradores, para los peces, etc. Hay unas 300 especies productoras de mareas rojas, de las cuales aproximadamente una cuarta parte son productoras de toxinas. Estas toxinas pueden afectar tanto a la flora como a la fauna marina, así como a los seres humanos. Las mareas rojas se dan durante la primavera y el verano. Cuando los vientos soplan y enfrían la capa superficial del mar, el agua del fondo emerge para reemplazar el agua superficial. Esta agua emergente, además de ser rica en nutrientes, puede contener grandes cantidades de quistes de dinoflagelados que están en fase de latencia. Una vez el afloramiento es menos intenso, el agua se calienta y se vuelve más tranquila, entonces los quistes germinan y comienzan a crecer y a dividirse. Los vientos y las corrientes marinas pueden contribuir a concentrarlos. En poco tiempo el «bloom» (la floración) se vuelve tan densa que cambia el color del agua con el resultado de una marea que puede ser roja, verde, amarilla, etc. Según los pigmentos del fitopláncton en cuestión. El impacto de los afloramientos de fitopláncton tóxico se pone particularmente en evidencia cuando afectan a los recursos marinos, como en el caso de la acuicultura. Este tipo de fitopláncton produce toxinas, las cuales son acumuladas por los moluscos y, en determinados casos, por los peces. Normalmente, estos organismos no muestran ninguna anomalía, pero acumulan las toxinas en sus órganos. Estas toxinas pueden ser transmitidas a los seres humanos a través del consumo del marisco contaminado. Desgraciadamente, la detección del marisco contaminado no es inmediata. Ni los pescadores, ni los consumidores pueden determinar directamente si estos productos son adecuados para el consumo. Las características de las toxinas producidas por estos organismos normalmente no cambian con el cocinado y no modifican el gusto de los moluscos contaminados. Hay diversas toxinas que pueden afectar a las personas que han consumido marisco contaminado. Entre ellas destacaremos el PSP. El PSP (Paralytic Shellfish Poison) es una toxina de efectos neurológicos que pueden ser letales. No se conoce antídoto para la PSP. La distribución mundial de PSP se ha incrementado notablemente en las últimas décadas. Cada año se documentan 200 casos de intoxicaciones por PSP con un 15% de mortalidad. Cuando se desarrolla un «bloom» de fitopláncton, la acción inmediata y esencial consiste en la identificación precisa de las especies involucradas para realizar un primer análisis de los riesgos potenciales. Hay que tener en cuenta que muchas especies fitoplanctónicas son difíciles de identificar y se requiere una preparación muy sólida en taxonomía. A veces se requiere microscopia electrónica para llegar a la identificación final. Los moluscos son animales filtradores, lo que significa que bombean agua con fitopláncton que emplean como alimento. En el caso de ingerir células portadoras de PSP, como en el caso de el Alexandrium, éstas se rompen y el material celular queda libre junto con la toxina en el sistema digestivo del animal. La toxina pasa después a las diferentes partes del molusco que se vuelve tóxico. Recientemente se ha demostrado que la toxina PSP también puede estar asociada a los cangrejos y a las langostas. A pesar de todo, en el caso de los crustáceos, la toxina suele estar fuertemente asociada con las vísceras, esencialmente con el hematopáncreas. A medida que el Alexandrium desaparece del agua, los moluscos y los crustáceos van perdiendo la toxina acumulada y eventualmente se vuelven seguros para comer. En cualquier caso, los pescadores y mariscadores deben confirmar esta seguridad con las autoridades sanitarias. La toxina PSP _probablemente de todas las toxinas de los moluscos, la que es conoce mejor_ es generada por los dinoflagelados como el Alexandrium catenella. Esta toxina afecta los nervios y actúa como paralizante de los impulsos nerviosos. Los síntomas que provoca esta toxina son los siguientes:
Como medidas de prevención, comentaremos las siguientes:
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