Ecología y Buceo
Por
Luis Mario Barquín
Mar y Otros
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s
muy frecuente oír decir que tal o cual persona es muy ecologista porque
cuida mucho el medio ambiente, o que el buceo es una actividad muy
ecologista porque solo tiene como objetivo la observación de la vida y no su
captura.
Realmente el término ecología está en cierta manera desvirtuado, pues
su significado ha derivado hacia una concepción más activista y militante
contra aquellos que agreden al medio ambiente o, simplemente, tratan de
alterarlo.
La ecología es, en verdad, una ciencia que trata de estudiar las relaciones
entre los diversos seres que pueblan un determinado ambiente.
Como el buceo es una actividad que permite acercarse a los moradores del mar
en condiciones de relativa libertad y hasta una gran proximidad, es obvio
que ambas actividades, estudio de la ecología y el buceo, se pueden combinar
fácilmente.
Me gustaría que, cuando alguien bucea, comprendiese un poco mejor lo que
está ocurriendo a su alrededor durante una inmersión. La clave para ello
puede estar en una visión más ecologista del buceo. Esto implica aprender
unos conceptos muy elementales de cómo se relacionan los distintos seres que
tenemos a nuestro alrededor. Visto de esta manera, lo interesante no sería
el hecho de encontrarse con un mero o un pez luna, sino dónde, cuándo y
junto a qué o quién.
El texto que sigue a continuación es un extracto del libro El Ecosistema
Marino Mediterráneo, guía de su flora y fauna de Juan Carlos Calvín
Calvo, libro que recomiendo a todos aquellos buceadores que quieran dar un
paso más y comprender que una buena inmersión no depende del número de
morenas y meros que se contabilicen en la misma.
Concepto de ecología
La ecología es el estudio de los organismos vivos, de sus relaciones, su
distribución y su abundancia. Este estudio se plantea generalmente a tres
niveles: el individuo, la población y la comunidad.
Desde el punto de vista de los individuos que pueblan un ecosistema,
la ecología estudia como éstos se ven afectados por el medio, mientras que a
nivel de población, centra su interés en la presencia o no de las
especies, su abundancia y sus oscilaciones. Finalmente, con respecto a las
comunidades, entendidas éstas como un conjunto de poblaciones de
distintas especies relacionadas entre sí, la ecología estudia su composición
y el camino seguido por la energía, los nutrientes y otras sustancias
químicas a medida que atraviesan dichas comunidades, o dicho de otra manera,
de cómo unas especies se trasforman en otras mediante la cadena alimenticia.
Ecosistemas marinos
En el estudio de los ecosistemas marinos cabe distinguir los distintos
ambientes en los que la vida se desenvuelve ya que, a diferencia de en
tierra firme -donde todos los organismos viven en relación con el suelo- en
el mar se puede distinguir entre aquellas comunidades que viven en contacto
directo con el fondo, también llamado “dominio bentónico” (o
bentos) y aquellas que se desarrollan en aguas libres, en el llamado “dominio
pelágico”.
En el dominio pelágico se puede diferenciar entre el pláncton,
constituido por aquellas especies que controlan su profundidad mientras son
arrastradas por las corrientes, y el necton, cuyas especies controlan
su profundidad y se mueven con independencia de las corrientes.
En el pláncton -que está constituido por organismos diminutos- se
puede diferenciar a su vez entre fitoplancton, formado por vegetales
microscópicos, y zooplancton que son minúsculos animales herbívoros o
carnívoros que se alimentan del fitoplancton y del propio zooplancton.
Cabe destacar que, en el dominio pelágico, los vegetales que constituyen el
fitoplancton son los únicos organismos capaces de sintetizar los elementos
básicos para la vida, como las proteínas y los ácidos nucleicos, por lo que
se les denomina productores primarios.
Todos los demás organismos de este dominio, es decir, el zooplancton y el
necton, se limitan a tomar estas sustancias de los primeros y a servírselo a
otras especies pertenecientes a estos mismos grupos. De esta manera, se
establecen las denominadas relaciones tróficas de un ecosistema, más
comúnmente conocidas como cadena alimenticia.
El necton, está constituido por animales de mayor tamaño: moluscos,
cefalópodos, peces, mamíferos y reptiles marinos. El necton se alimenta del
zooplancton y del propio necton, constituyendo distintos niveles de
depredación.
El dominio bentónico está formado por las comunidades que dependen
directamente del fondo -y las aguas en íntimo contacto con él- para
subsistir. En este ambiente, factores como el hidrodinamismo, o la
composición y consistencia del fondo condicionan la vida de manera decisiva,
aunque la profundidad y la claridad de las aguas también influyen en las
especies dominantes en cada punto, determinando la cantidad de luz que llega
al fondo.
Allí donde llega la luz resulta posible la fotosíntesis y, por tanto, pueden
habitar los seres autótrofos, aquellos capaces de sintetizar por si
mismos los diferentes compuestos que forman los seres vivos, como las
proteínas y los ácidos nucleicos. Este primer nivel de la cadena alimenticia
lo forman las algas y los vegetales.
Por el contrario, allí donde no llega la luz solo podrán habitar los seres
heterótrofos, es decir, aquellos que se
alimentan de otros seres
vivos. Así, se constituye un segundo nivel en la cadena alimenticia, formado
por herbívoros, como moluscos, peces, equinodermos, etc. y además un tercer
nivel formado por carnívoros, que se alimentan de herbívoros y otros
carnívoros y que está constituido por peces, moluscos y mamíferos, entre
otros.
Todavía quedaría un apartado especial para algunos moluscos y crustáceos que
constituyen el grupo de los carroñeros, que reciclan en cierta manera
los restos corporales de los seres heterótrofos.
Ecología del dominio bentónico
El dominio bentónico es el que estamos acostumbrados a ver cuando hacemos
una inmersión, ya que lo normal es sumergirse cerca de la costa por
cuestiones de seguridad y comodidad.
Hay que conocer las características de las comunidades bentónicas para
comprender lo que allí ocurre; veamos una serie de características afines al
desarrollo de todas las comunidades bentónicas:
-
Diversidad de las especies. Esta es la primera característica de todo
ecosistema y no solo hace referencia al número de especies que lo pueblan,
sino también a la proporción de individuos de cada especie, que responde a
un equilibrio estable en el tiempo.
Esto, significa que la desaparición de una especie, altera la proporción de
las demás, alterando la comunidad y pudiendo en algunos casos impedir la
formación de un equilibrio estable.
Por ejemplo, si una especie se alimenta fundamentalmente de otra y ésta
disminuye en cantidad, forzosamente lo hará también la primera, al escasear
el alimento.
-
Dominancia específica. Esta característica trata de identificar a las
especies que determinan las condiciones en se desarrollan las demás en base
a su éxito ecológico.
Aquí la idea de equilibrio es, también, básica pues el excesivo éxito de una
especie puede hacer desaparecer a todas las demás y, en consecuencia,
llevarla a no poder subsistir ella misma.
Supongamos que una especie evoluciona de tal manera que las demás especies
que pueblan el ecosistema no tienen una manera eficaz de defenderse contra
ella. En un principio se multiplicaría rápidamente, al hallar alimento con
facilidad, pero pronto las demás poblaciones empezarían a disminuir en
número de individuos, escaseando finalmente el alimento también para la
dominante y si el desequilibrio persiste también podría llegar a desaparecer
ella misma.
-
Estructura trófica. La estructura trófica de un ecosistema explica el
equilibrio alimentario entre la dominancia y la diversidad de las especies
o, dicho de otra manera, indica qué especies se comen a las otras y en qué
cantidad, por lo que también se le denomina cadena alimenticia.
Esto no solo se refiere a peces que se comen a peces sino a todas las
maneras posibles de captar las sustancias nutritivas básicas para la vida,
empezando en los organismos unicelulares más básicos, que son devorados por
otros más complejos y estos a su vez por otros más complejos y así hasta
acabar en las especies dominantes del ecosistema.
-
Sucesión. Esta es la característica que determina, para un hábitat y
en un tiempo concretos, la secuencia por la que unos organismos reemplazan a
otros hasta llegar a una comunidad estable.
-
Estabilidad. Esta característica se puede considerar desde dos puntos
de vista: Como la capacidad de una especie de mantenerse semejante a sí
misma y como la capacidad de acomodarse a los cambios repentinos. Así, las
comunidades estables podrán responder mejor a las agresiones contaminantes
que las inestables.
-
Respuesta ante la contaminación. Las comunidades marinas se ven muy
afectadas por la contaminación y dichos efectos se pueden observar en una
importante pérdida de su diversidad de especies, en los cambios drásticos
que se producen en las proporciones de sus especies, en la simplificación de
su cadena trófica y en la simplificación de su complejidad estructural o
madurez.
-
Zonación. Finalmente podemos hablar de zonación, que mostraría la
tendencia de las comunidades bentónicas a distribuirse en franjas paralelas
a la superficie. Así, podemos hablar de sistema litoral o fital,
refiriéndonos a aquél en donde hay luz, y sistema afital o profundo, a aquel
al que no llega la luz.
Pero la diferenciación de ambos, no es una línea recta homogénea, sino que
depende de factores como la claridad de las aguas o la diversidad
topográfica, dando lugar a subzonas en las que las especies dominantes
aparecen y desaparecen progresivamente.
Esto es algo que un buceador puede comprobar fácilmente, tratando de
identificar qué especies se encuentran cerca de la superficie y luego
buscándolas en aguas más profundas y, si aparecen, tratando de explicar qué
factores determinan su presencia. El ejercicio puede luego hacerse al revés,
al volver a la superficie.
Conclusión
Al comprender estas leyes tan elementales y tratar de observarlas en cada
inmersión se puede disfrutar del entendimiento de lo que está ocurriendo a
nuestro alrededor. También podremos sacar conclusiones acerca de por qué se
comportan determinadas especies de maneras particulares.
También podremos comprender que los tiburones blancos (por ejemplo) no
tienen una vida tan fácil como quieren mostrar ciertas películas
sensacionalistas. Si fuera así serían los únicos seres que poblarían los
mares y tendrían que comerse entre ellos.
Por otra parte, también podremos especular acerca de lo que ocurre cuando el
hombre irrumpe en el ecosistema marino con determinadas artes de pesca
contra las que las especies marinas no pueden defenderse.

© Luis Mario Barquín
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