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El Gobierno construye en el litoral catalán el
arrecife artificial más grande de Europa

por Ramón Francàs
Publicado en el diario La Vanguardia el día 21/6/98

La barrera de hormigón tendrá una longitud de 33 kilómetros y se extenderá entre Sitges y Roda de Barà
El principal objetivo de la obra es evitar la pesca de arrastre cerca de la costa y proteger los frágiles ecosistemas marinos

l Gobierno construirá frente a la costa del Garraf un arrecife artificial de 33 kilómetros de longitud con el objetivo de proteger los frágiles ecosistemas marinos de la zona, en grave situación por una combinación de factores. Entre ellos, la contaminación del litoral por el vertido de aguas residuales, la sobreexplotación, la pesca ilegal con barcas de arrastre, la extracción masiva de arena del fondo marino para la regeneración de playas y la pesca de peces inmaduros.

La situación se ha hecho especialmente preocupante en los últimos años, hasta el punto que algunas cofradías, como la de Vilanova i la Geltrú, la tercera base pesquera catalana en capturas, reconocen la necesidad de reducir la presión pesquera sin haber estudiado por ello plan de reconversión alguno.

No obstante, y a diferencia de lo que hacen los barceloneses, los pescadores de la flota de arrastre de Vilanova realizan reducciones voluntarias (hasta 780 horas anuales) de los horarios autorizados, que van de las 6 de la mañana a 6 de la tarde de lunes a viernes.

La instalación de arrecifes artificiales no es una novedad en Cataluña. Se viene realizando desde 1978 y consiste en el hundimiento de estructuras de defensa que, al dificultar la tarea de las barcas de arrastre, potencia métodos pesqueros más selectivos y menos agresivos con los ecosistemas marinos y sirven como puntos de desove para buen número de especies.

El primero de estos arrecifes fue instalado en Arenys de Mar por cuenta del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. En 1986, dos años después de haber asumido competencias en la materia, la Generalitat creó el biotopo de L'Ampolla-Deltebre, que consistió en la colocación de hasta doce arrecifes, con una inversión de 500 millones de pesetas. La Generalitat también ha avanzado notablemente en la construcción de plantas de depuración de las aguas residuales, lo que ha permitido una mejora sustancial de la situación.

La barrera artificial protegerá a partir del próximo año una de las concentraciones de fanerógamas marinas más importante del Mediterráneo, magníficas praderas de "Posidonia oceanica", cada vez más escasas en el litoral catalán y de alto valor ecológico por servir como refugio para buen número de especies. En concreto, el ministerio piensa desplegar 33 kilómetros de hormigón entre la cala Morisca de Vallcarca (en Sitges) y el Roc de Sant Gaietà, en Roda de Barà.

El proyecto, que supondrá una inversión que rondará los 260 millones de pesetas, consistirá en la instalación, a entre 15 y 33 metros de profundidad, de un total de 1.200 módulos de hormigón de 6 toneladas cada uno, capaces de romper las redes de las barcas de arrastre que intenten pescar en estas zonas protegidas.

El secretario general de Pesca Marítima del ministerio, Samuel Juárez, destaca los efectos positivos que supondrá este kilométrico arrecife para la pesca artesanal (trasmallo, palangre o nasas). El arrecife incluirá, en su interior, los dos biotopos que la Generalitat instaló en Calafell y Vilanova i la Geltrú, formados por estructuras de hormigón alveolares destinadas a fomentarla cría.

El ministerio confía en que los efectos pesqueros y ecológicos en la zona se hagan notar pronto. El patrón mayor de la Confraria de Pescadors de Vilanova, Pau Pons, cree que un año después de su instalación ya se recogerán los primeros frutos. Pons asegura que el proyecto "es bueno para la pesca en general, aunque favorezca a un sector más que a otro". Considera, en definitiva, que "es bueno que los peces encuentren un sitio donde protegerse de sus principales depredadores, los pescadores".

Por su parte, Magí Sicart, el patrón mayor de la Confraria de Calafell, también ha celebrado el proyecto, que define como "muy válido para proteger las praderas de 'Posidonia', muy deterioradas por las barcas de arrastre y por la actividad de los que se dedican a la pesca de la cañadilla". Magí Sicart, a diferencia de lo que sucede con el patrón mayor de la Confraria de Vilanova, reconoce que la pesca en los fondos costeros no autorizados constituye una práctica que la mayoría de las barcas realizan "más o menos" de forma habitual.

© Texto: Ramón Francàs

 

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