bamos a
bucear a nuestro pecio favorito, pero un fuerte viento de 20 nudos procedente del Sur nos
dió a entender que el largo viaje en barco era demasiado peligroso. Decidimos bucear en
un arrecife a 20 metros de profundidad llamado Arrecife de las Seis Brazas, puesto que la
parte más superficial se encuentra a 12 metros o 6 brazas de la superficie.
La visibilidad era buena, entre 15 y 18 metros. El agua estaba
preciosa y cálida... aunque nosotros, experimentados buceadores, preferimos bucear en
agua fría...
Nada de lo que pasó en esta inmersión era una novedad... era tan
sólo uno de esos días en que los peces eran abundantes, el sol brillaba bajo el agua, y
el propio océano brillaba a su propia manera.
Grandes bandadas de Pomfrets (peces de color dorado y plateado)
remoloneaban cerca de bandadas de Colas Amarillas. Algunas bicudas hacían rápidas
pasadas entre los peces. Un Seargent Baker, emparentado con el temible Pez Lagarto,
relampagueaba cuando se alimentaba de pequeños peces en un movimiento rápido como el
rayo. Un pez azul de 60 centímetros que nosotros llamamos Blue Groper estuvo
siguiéndonos durante toda la inmersión. Finalmente, al final de la inmersión, le dimos
de comer algunos erizos. Tenía la personalidad amistosa de una mascota, por lo que le
dimos un par de palmaditas cariñosas.
Vimos una Sepia apama (la variante local de la sepia
gigante, una de las mayores del mundo, alcanzando hasta un metro de largo), de mediano
tamaño, unos 50 centímetros, nos observaba desde su cueva. En esta época del año son
famosas por intentar robar a los submarinistas sus brillantes manómetros y flashes
fotográficos. Ésta en concreto nos amenazó con su pose característica. Algunos grandes
medregales, conocidos como Kingfish( Seriola grandis) atacaban sin piedad a los
Colas Amarillas.
Nos encontramos numerosos peces de arrecife, incluyendo Black
Leatherjackets, Red Morwong, Nannygai y Halfbanded Sea Perch. Los buceadores del
hemisferio Norte habrán notado que el 70-80% de los peces que hay aquí, en la templada
Australia, son endémicos... logicamente, pues han estado separados del resto del mundo
por seis mil kilómetros de aguas tropicales durante millones de años.
Una gran inmersión!