Que el Mar siempre sea generoso
contigo,
que el viento siempre esté detrás de ti...
y la corriente siempre acaricie suave...
y en el azul profundo, que Dios te sostenga con la palma de su mano.
Recuerda nunca olvidar las
tormentas con las que el Mar te hizo fuerte,
nunca te olvides de recordar lo pequeños que fuimos ante su grandeza...
recuerda las cosas que te alegraron.
Recuerda siempre al ángel guardián de tus inmersiones...
al compañero de mil y un momentos en lo profundo.
Nunca olvides recordar el daño que
el hombre le hace al Mar,
recuerda que el Mar de hoy será el Mar de nuestros hijos...
y de los hijos de nuestros hijos...
Que tu recuerdo sea rico en
asombrosas vivencias en el azul,
y tu espíritu ligero.
Que la buena suerte te persiga y,
cada día el Sol y cada noche la Luna,
sean testigos de tus aventuras.
Que siempre tengas abrigo contra
el viento,
y lluvia para limpiar el alma...
y gaviotas que te den la bienvenida y acompañen tu retorno a buen puerto,
y regalos del Mar para tu mesa.
Que siempre tengas el Mar a la
vista para los momentos de oración...
y que te escuche.
Y aquellos quienes aman el Mar...
estén siempre cerca de ti.
Y todo lo que tu corazón desee del Mar...
Dios te lo brinde...
y que se lo brinde también a los hijos de tus hijos.
Que Dios esté contigo y te bendiga...
que no conozcas nada más que la felicidad...
que vivas en el Mar por el tiempo que tú quieras...
y que el descanso eterno sea en él...
y que más allá te esperen Mareas azules y suaves brisas de verano.
Y de este día en adelante,
dale gracias a tu Dios por permitirte ser guardián
de una de sus más bellas creaciones... el Mar.
Un buzo