EL COMPAÑERO
por Josep Pegueroles

n día cualquiera en un centro de buceo cualquiera. Empieza
a llegar la gente, amigos de tu mismo club y de otros, conocidos y desconocidos, hombres y
mujeres. Se está formando la típica reunión antes de la inmersión.
Allí se comenta de todo, se ven nuevos materiales y nuevos equipos. Se cuentan anécdotas
y viajes realizados, es la antesala de la inmersión.
De repente te das cuenta que hay gente que aún no ha llegado. Eso te inquieta un poco,
sabes que pronto llegará la hora de ir hacia el barco, de hecho tu botella y tu equipo ya
están cargados en la vieja "furgona".
Llegó la hora, hay que ir hacia el barco. Una vez en él, vas tomando sitio, aumenta tu
inquietud, notas que te falta algo, sigues preparándote para la inmersión. De repente
alguien toca tu hombro, te giras y allí esta la parte de tu equipo que faltaba, aquella
inquietud ha desaparecido por completo, acaba de llegar tu compañero. La inmersión puede
empezar.
¿Quién es el compañero? ¿Para qué sirve? Para mí, mi compañero es una pieza muy
importante de mi equipo. Con él puedo decidir dónde bucear y cómo hacerlo. Es con quien
puedo dialogar y discutir sobre el tema que más me apasiona, el submarinismo, y sobre
todo es la persona en la que más confío a la hora de sumergirme.
Está comprobado que practicar esta actividad sin un acompañante es aventurarse a un
riesgo innecesario y puede llegar a convertirse de un placer en una pesadilla, de un buen
recuerdo en algo desagradable que no se olvidará nunca.
La gran suerte que tengo es que desde que finalizó mi curso de preparación hasta la
actualidad, mi compañero siempre ha sido el mismo, lo cual hace que nuestras inmersiones
siempre sean fantásticas, pues nuestra compenetración es total. Una mirada, un gesto,
nos basta para entendernos -aunque no siempre-.
Yo diría que para elegir un buen compañero, la regla de oro es confiar plenamente en
él, saber que en un determinado momento puedes contar con él al cien por cien, y lo más
importante es que él se sienta igual de confiado que tú.
El servicio que puede dar tu compañero es múltiple, empezando por decidir entre los dos
que es lo que vais a hacer en cada inmersión, programando la profundidad, el tiempo, si
vais a hacer fotos o no, etc. Es el que te echará una mano en el barco y te ayudará con
el equipo, es el que dará un último vistazo a tu equipo antes de saltar al agua.
Bajo el agua estará en todo momento pendiente de ti y tú de él, pues hay que tener en
cuenta que tú eres su compañero y por supuesto la confianza y responsabilidad ha de ser
mutua.
El tener un buen compañero es lo que te da la confianza suficiente para sumergirte sin
ningún temor, -sin olvidar el debido respeto al mar-, pues sabes que tus espaldas están
cubiertas y que donde tú no llegues, él si llegará. Sabes que siempre tendrás un
regulador si te hiciera falta. Sabes que si te quedas enganchado, es el mejor cuchillo que
puedas tener.
De hecho es como si llevaras un segundo equipo y eso te da mucha seguridad, hasta el punto
que se hace casi imprescindible bucear con él.
Durante una inmersión hay momentos de nerviosismo producido por muchas causas, momentos
en los cuales ver la figura de tu compañero te da la tranquilidad necesaria para
continuar. Incluso en el caso de un accidente, es el mejor médico que puedas tener, hasta
que llegue la ayuda necesaria.
Resumiendo, un buen compañero en una inmersión es un buen seguro de vida y es la
garantía que podrás volver a superficie. Como dice mi instructor y amigo, "fuera
del agua buscas un bolsillo y lo encuentras, pero bajo el agua cuesta encontrarlo",
tu compañero si lo encontrará por ti.
Para mí, mi compañero es lo mas importante de mi equipo.
Dedicado a todos esos compañeros de inmersión de los cuales muchas veces pueden depender
nuestras vidas... y en especial, al mío.

© Josep Pegueroles
1997
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