Acuicultura,
algas tóxicas
y medio ambiente
Publicado en Información
Veterinaria
Octubre 2001, pag. 26


ste asunto ha sido planteado en el
Parlamento Europeo mediante la pregunta siguiente, formulada a la Comisión
de la UE: "Impacto de la acuicultura sobre la súbita proliferación de
plancton tóxico".
"¿Ha investigado la Comisión sobre las posibles pruebas de que exista un
lazo causal entre la polución por nutrientes procedentes de la acuicultura,
y la súbita proliferación de algas tóxicas, con efectos como el
envenenamiento amnésico de los moluscos? A la luz del debate sobre
eutrofización, ¿qué medidas ha tomado la Comisión contra la contaminación
por nutrientes en el marco de su proclamada política de apoyo a la
acuicultura sostenible?"
En nombre de la Comisión, el comisario Sr. Fischler ha dado la siguiente
respuesta:
"Las microalgas presentes en las aguas
marinas y salobres europeas provocan efectos nocivos con cierta regularidad,
en el sentido de que suponen un peligro para la salud pública y ocasionan
perjuicios económicos a los sectores de la pesca, incluida la acuicultura, y
el turismo. Estos episodios abarcan una amplia gama de fenómenos recogidos
bajo la denominación colectiva de "proliferación de algas nocivas".
Aunque se sabe que algunas especies de algas nocivas existen desde hace
siglos y otras desde hace miles de años, el tamaño y la frecuencia de estas
floraciones han aumentado.
En noviembre de 1998, la Comisión patrocinó un seminario internacional sobre
la proliferación de algas nocivas en las aguas marinas y salobres europeas
que se celebró en Kalmar, Suecia. Según las conclusiones de este seminario,
una de las cuestiones clave que permanecían sin resolver era cómo
distinguir, en relación con este fenómeno, las causas naturales de las
antropogénicas.
La proliferación de algas nocivas puede responder a diversas fuerzas
antropogénicas, incluidas la eutrofización, la ruptura de las cadenas
alimentarias marinas provocada por la sobrepesca, el incremento de la
movilización de metales traza esenciales para el crecimiento de las
microalgas o inhibidores del mismo, los depósitos atmosféricos
(concretamente, el agua de lluvia con compuestos de nitrógeno) y la
acuicultura intensiva en algunas zonas marinas especialmente vulnerables.
Por lo que respecta al papel potencial de la acuicultura en la proliferación
de algas nocivas, la contribución de los vertidos acuícolas a las cargas de
nitrógeno y fósforo en las aguas marinas y salobres es relativamente baja en
comparación con la de otras actividades humanas (agricultura, población
urbana, industria) y suele concentrarse a proximidad inmediata de la fuente
de emisión. No obstante, se han realizado muy pocos estudios que permitan
determinar las consecuencias y comprender los riesgos asociados a los
quistes de floraciones de algas nocivas acumulados en los sedimentos
situados bajo las jaulas de piscicultura y alrededor de las mismas. Existe
una posibilidad de que esos hábitats puedan actuar como reservorios para
quistes latentes. Es preciso efectuar nuevos estudios para comprender la
evolución de los quistes de algas nocivas y otras unidades viables
acumuladas bajo las jaulas para piscifactorías, incluidos los efectos de los
periodos de reposo y el potencial de los quistes en cuanto a la inoculación
de algas en determinadas condiciones ambientales.
Por lo que respecta a la segunda pregunta, desde los años 70 se ha ido
aprobando un amplio corpus de normativa medioambiental en virtud del Tratado
CE. La protección del medio ambiente ha alcanzado un lugar preferente entre
los objetivos de la Comunidad.
La normativa comunitaria establece una serie de medidas de control de las
repercusiones de la acuicultura en el medio ambiente, incluido el uso de
procedimientos de evaluación del impacto medioambiental para las operaciones
de ubicación, diseño y funcionamiento de los centros de acuicultura
intensiva: limitación de los derechos de acceso al agua; técnicas de control
de los efluentes mediante la aplicación de índices de control de los
alimentos y la restricción del uso de fármacos, antibióticos y otros
productos químicos; celebración de acuerdos entre grupos de usuarios para
evitar conflictos de utilización y facilitar una gestión eficaz de la zona y
fijación de límites a la introducción de especies exóticas.
Además, se procura fomentar el desarrollo de las mejores prácticas de
gestión a través de códigos de conducta y actuación y el empleo de técnicas
comerciales como los regímenes de certificación de los productos.
La Comisión adoptó recientemente (diciembre de 1999) el Reglamento (CE)
n°2792/1999 del Consejo por el que se definen las modalidades y condiciones
de las intervenciones con finalidad estructural en el sector de la pesca con
el fin de modernizar la ayuda a la acuicultura en el contexto de la reforma
de los Fondos estructurales.
En el futuro, la influencia de la acuicultura en el medio ambiente será de
importancia capital. Todos los proyectos de acuicultura subvencionados que
incluyan métodos intensivos deberán ajustarse a lo dispuesto en la Directiva
CEE/85/337, relativa a la evaluación de las repercusiones de determinados
proyectos públicos y privados sobre el medio ambiente, modificada por la
Directiva 97/11/CE del Consejo, de 3 de marzo de 1997. Los costes de las
evaluaciones de impacto medioambiental realizadas al amparo de estas
disposiciones serán subvencionables.
Con el fin de fomentar las operaciones no contaminantes, las inversiones en
proyectos que utilicen tecnología capaz de producir una reducción
considerable de los efectos negativos en el medio ambiente podrán disfrutar
de una ayuda financiera adicional de hasta el 10% a cuenta del Estado
miembro.
Por último, puede prestarse ayuda a otras medidas de interés colectivo,
incluida la mejora de los centros de acuicultura, el tratamiento colectivo
de los efluentes de esta actividad, la erradicación de los riesgos
patológicos de las piscifactorías y la compilación de datos para la gestión
del medio ambiente como parte de un plan integrado de ordenación de las
zonas costeras".
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